He llegado a la conclusión antropológica, de que por encima de todo lo importante es la ganas de fiesta que tenga la gente. Como dijo el pregonero el viejo y renovado rito ... de divertirse. Da igual la ubicación, el cristo o la virgen, el castillo de fuegos, el conjunto, el número y la calidad de los chiringuitos, las carrozas o la banda de música. Lo importante es que la gente tengan claras las fechas para encontrarse, para identificarse como miembros de una comunidad. Aunque para ello haya que dejar otras tareas, recorrer miles de kilómetros o planificarse la agenda todo el año. La feria, el recinto ferial (en la foto, al mediodía, con presagios de tormenta) es la excusa para encontrarse por todo el pueblo con tios, primos, sobrinos, nietos, amigos, recordar viejos tiempos, sentirse cómodo y querido. Todo son buenos rollos y buenas intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario