miércoles, marzo 29, 2006

MOSTAR EN GRANADA


El pasado lunes asistí a una recepción en Salón Rojo del Hospital Real, allí estaban viejos conocidos de las dos universidades de Mostar (Mostar y Dzemal Bijedic de Bosnia i Herzegovina), el Rector, el Vicerrector de Relaciones Internacionales, la Vicerrectora de Extensión Cultural y Cooperación de mi Universidad, la Directora del Instituto de la Paz y los Conflictos, los inconbustibles Pilar e Hilario, Jose Angel, Marcela, Rocio, ... Todo esto no tiene ninguna importancia e incluso puede parecer muy protocolario. Pero sin embargo, se trataba de uno más de las actividades de mediación, centrado en la creación de una Universidad Internacional mixta, del Proyecto Just Mostar Project Closing Meeting que por inciativa y mediación del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada y la Asociación AUSI se está llevando a cabo en Mostar (Bosnia-Herzegovina). Este proyecto es una de las puertas que se abren al encuentro a unas poblaciones muy castigadas física y emocionalmente, por la llamada «Guerra de Bosnia» que asoló su territorio en los inicios de los años noventa (200.000 muertos y más de 2,5 millones de refugiados). Mostar, situada a orillas del río Neretva, lleva su nombre por el Puente Viejo (Stari most) y las torres de sus dos lados, "los guardianes del puente". Este puente, una de las últimas obras monumentales de Solimán el Magnífico, construido en 1566, fue destruido por la artillería, en 1993, enlaza el este y el oeste de la ciudad. El gran valor simbólico de su destrucción no reside sólo en que el puente constituía una conexión física entre dos comunidades y, a través de ellas, entre dos universos históricos y culturales, el Este y el Oeste; el puente era en realidad, en todo su sentido, el lazo de unión que las comunidades actuales mantenían con la época en que compartían un pasado común, a pesar de su diversidad. Una historia complicada desde entonces a la que se le han dado soluciones a veces artificiales cuando no violentas que han dejado muchas fracturas abiertas especialmente entre las diferentes etnias o culturas. Una situación altamente complicada que están siendo gestionadas de acuerdo con lo aprobado en Dayton (1995).
Por todo eso que se celebre esta reunión en Granada, que los cargos académicos -comprometidos con el proyecto- estuvieran encantadores, que apareciera la tuna, que las delegaciones distendidas y contentas es la parte divertida de una mediación que necesita mucho esfuerzo y tiempo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertamente la luz primaveral de Granada, tus magníficos y lúcidas notas, la foto y mis recuerdos del paseo de los tristes me gratitufican esta noche. Saberte cercano, sabio y un poco "como tú eres", reconforta esta tarea no siempre fácil de cultivar la paz.