La clarividencia no consiste solo en "verlo todo claro", sino en saber que hay cosas que no podemos percibir, saber exactamente lo parcial de lo que podemos ver, saber los límites de nuestra mirada, saber que nuestra mirada es siempre limitada. Estar abiertos a nuevas sesgos e interpretaciones. Al fin y al cabo gran parte de nuestra clarividencia nos vendrá dada con el reconocimiento de nuestra ceguera. Buenos tiempos para saberse imperfecto.
IMAGEN: Persuasion #2, Anne Harper