Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo.
Los cinco minutos te hacen florecer.
Creo que oí por primera vez esta canción, Te recuerdo Amanda, de Victor Jara, allá por el año 73. Entonces me gustaba porque su sentido profundamente romántico; a su vez relacionado con América Latina; con la imagen altruista y revolucionaria de su interprete; y con el movimiento estudiantil democrático y antifranquista.
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo.
Los cinco minutos te hacen florecer.
Creo que oí por primera vez esta canción, Te recuerdo Amanda, de Victor Jara, allá por el año 73. Entonces me gustaba porque su sentido profundamente romántico; a su vez relacionado con América Latina; con la imagen altruista y revolucionaria de su interprete; y con el movimiento estudiantil democrático y antifranquista.
Poco después nos enteramos de Victor Jara fue detenido futbol, torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile (que después fue denominado Estadio Víctor Jara) por Augusto Pinochet, poco después del golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende, el 11 de setiembre de 1973. Este desgraciado acontecimiento no hizo sino engrandecer el mito.
La vida es eterna en cinco minutos es un grito de libertad, contestatario, frente al control represivo del tiempo y del resto de circunstancias de nuestras vidas. Lo que se anhela no depende de las cortapisas de las instituciones. Lo más íntimo de ti mismo, tu cuerpo, tus emociones, pueden ser vividas intensamente independientemente de los formalismos. Las dimensiones del amor no están gestionadas por los segundo o los minutos. Es un canto a la libertad., la libertad de un ser humano consciente, dueño de si mismo, de su destino, que desarrolla sus potencialidades, se empodera, por encima de cualquier corsé externamente impuesto.
Hay muchas entrañables versiones de Serrat y Presuntos Implicados, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, Joan Baez, Los Miserables con Jorge Gonzalez, CeCiLKP (imágenes muy lindas), Jose Mercé, Carolina Soto, Antoniogarcia, Astrud, Fernando Ubiergo, Quilapayun, Quique Neira, Godwana (ritmo de reggeae) y muchas otras que contribuyen a convertir la canción en un clásico.
1 comentario:
Curiosa coincidencia, Paco. Mi hija se llama Amanda y no hace mucho escribí algo sobre eso
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