El Primer Ministro japonés, Naoto Kan, presidió el domingo la ceremonia, el Este 65 aniversario de la rendición por el emperador Hirohito en el que se recuerda los más de tres millones de fallecidos durante la II Guerra Mundial. En el acto también estuvieron presentes el emperador Akihito y la emperatriz Michiko. El Primer Ministro no ha querido visitar el santuario militar de Yasukuni (que recoge los restos mortales de varios antiguos criminales de guerra japoneses y que es un símbolo del pasado militarista del país asiático). Esta decisión puede significar un primer paso para reconciliar a Japón con el resto de países asiáticos por las atrocidades cometidas por los soldados del Imperio durante el conflicto. Igualemente, el primer ministro japonés ha pedido disculpas por el gran daño y el sufrimiento causado durante la guerra, en especial a la gente de Asia.
Caber recordar que hace poco Estados Unidos asistió, por primera vez, a la ceremonia en recuerdo de las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaky. Todo esto contribuye a que se refuerce, con la memoria oficial, el error que supuso la Segunda Mundial
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