El otro día Juanmi, se fue corriendo a la Loma del Tío Papeles, por fin había un claro entre los días de lluvia, habia llovido en Granada y nevado en la Sierra. Era un día ideal para hacer una excursión ideal para cualquier punto que te acercara al blanco de la nieve. Día después me lo relató, tenía decenas de fotos del acontecimiento. Hace aproximadamente un año que junto con mi hermano hicimos el mismo tramo en su parte más elevada, a pesar de que la nieve nos incomodó la mayor parte del camino fue un recorrido inmemorable.
Juanmi corrió desde Guejar Sierra, hora y media hasta arriba -yo hubiera tardado al menos dos horas, lo que puede ser una de las razones de que no me avisara- donde se contemplaba una panorámica increíble sobre la Sierra «Nevada». Estuve un rato disfrutando de las fotos y de su relato. Es como si yo hubiera estado allí, como se estuviera produciendo una transfusión de endorfinas, me sentí bien, eufórico, en aquel momento y horas después.
Hace tres días, después de una ráfaga del mal tiempo y de un resfriado y una tos mal curados, que se asemejaban a una alergia, salí a correr, temeroso y casi de puntillas, por los Alamicos de Vélez Blanco, era un test para ver como estaba mi cuerpo, buenas sensaciones, fue bien. Ayer subí cerca del Llano de la Perdiz, en este caso Juanmi había dormido poco y no me podía acompañar. Con precaución subí hasta el Generalife y después al Cementerio, fui tomando confianza hasta los Albercones, a partir de los cuales comencé a acelerar el ritmo y bajé relativamente rápido. Las impresiones fueron buenísimas. Necesitaba recuperar mis propias endorfinas, retomar el extra de sentirme bien, recupera mi bienestar y optimismo. Hoy me siento mucho mejor, mi «estado» físico condiciona mi mente y mi estado de ánimo.
Definitivamente las endorfinas de los demás me han hecho efecto.
Juanmi corrió desde Guejar Sierra, hora y media hasta arriba -yo hubiera tardado al menos dos horas, lo que puede ser una de las razones de que no me avisara- donde se contemplaba una panorámica increíble sobre la Sierra «Nevada». Estuve un rato disfrutando de las fotos y de su relato. Es como si yo hubiera estado allí, como se estuviera produciendo una transfusión de endorfinas, me sentí bien, eufórico, en aquel momento y horas después.
Hace tres días, después de una ráfaga del mal tiempo y de un resfriado y una tos mal curados, que se asemejaban a una alergia, salí a correr, temeroso y casi de puntillas, por los Alamicos de Vélez Blanco, era un test para ver como estaba mi cuerpo, buenas sensaciones, fue bien. Ayer subí cerca del Llano de la Perdiz, en este caso Juanmi había dormido poco y no me podía acompañar. Con precaución subí hasta el Generalife y después al Cementerio, fui tomando confianza hasta los Albercones, a partir de los cuales comencé a acelerar el ritmo y bajé relativamente rápido. Las impresiones fueron buenísimas. Necesitaba recuperar mis propias endorfinas, retomar el extra de sentirme bien, recupera mi bienestar y optimismo. Hoy me siento mucho mejor, mi «estado» físico condiciona mi mente y mi estado de ánimo.
Definitivamente las endorfinas de los demás me han hecho efecto.
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