Probablemente el mejor viaje sea el que podamos hacer a la casa del vecino.
La especie humana se ha movido de un lado para otro de hace millones de años, esto es lo que explica el estado actual de la cuestión (más de 6.000 millones por todo el planeta), también ha habido importantes interacciones (multicultura-
lidad). Sin embargo, a partir del colonialismo y el romanticismo europeo se adquirió la costumbre de viajar para conocer -apropiarse de- las otras culturas. Cosas de potentados.... colonizar y contaminar a los demás sin que ellos lo hagan con nosotros. El mundo no puede soportar (gasto de energía, contaminación, ...) que todos viajemos a todas partes (p.e: un 10% de chinos a Europa), tampoco está permitido que se haga sin dinero, las estructuras de recepción no están pensadas ni preparadas para ello. Aquí tampoco hay igualda de oportunidades.
Conectar con los "indígenas" en sus países evitando de esta manera que ellos vengan a ensuciar los nuestros. Aprovecharnos de su hospitalidad pero no albergarlos. Ir nosotros pero sin reciprocidad.
Sin embargo, los principales viajes son los de la mente, aquellos que nos permite relacionarnos con todo lo que tenemos alrededor, los que nos disponen a ser permeables a lo que acontece. Comienzan, y tienen todo su sentido, en una cabeza bien dispuesta. Para este placer es necesario poco combustible.
La especie humana se ha movido de un lado para otro de hace millones de años, esto es lo que explica el estado actual de la cuestión (más de 6.000 millones por todo el planeta), también ha habido importantes interacciones (multicultura-
lidad). Sin embargo, a partir del colonialismo y el romanticismo europeo se adquirió la costumbre de viajar para conocer -apropiarse de- las otras culturas. Cosas de potentados.... colonizar y contaminar a los demás sin que ellos lo hagan con nosotros. El mundo no puede soportar (gasto de energía, contaminación, ...) que todos viajemos a todas partes (p.e: un 10% de chinos a Europa), tampoco está permitido que se haga sin dinero, las estructuras de recepción no están pensadas ni preparadas para ello. Aquí tampoco hay igualda de oportunidades.
Conectar con los "indígenas" en sus países evitando de esta manera que ellos vengan a ensuciar los nuestros. Aprovecharnos de su hospitalidad pero no albergarlos. Ir nosotros pero sin reciprocidad.
Sin embargo, los principales viajes son los de la mente, aquellos que nos permite relacionarnos con todo lo que tenemos alrededor, los que nos disponen a ser permeables a lo que acontece. Comienzan, y tienen todo su sentido, en una cabeza bien dispuesta. Para este placer es necesario poco combustible.