sábado, octubre 07, 2006

LA "TARA" DEL EQUIPAJE (∑π, επ)

Es increíble la capacidad que tenemos para acumular cosas. Siempre tenemos razones para ello, miedo al vacío, ornato, aprovisionamiento, utilidad, consumismo, usura. Los recuerdos de los amigos, de los lugares, los regalos de la boda, los cumpleaños, o las tiendas de todo a 100.
Ceniceros, platos, búhos, elefantes, figuritas de cualquier material, cedes, lápices, bolígrafos, cuadros, tazas, reposavasos, ropa, zapatos, colecciones, e incluso libros. Finalmente, la cacharrería nos rodea, nos entretiene, nos aisla y aprisiona. Y lo que es peor, nos ordena la vida. Prioriza y discrimina a su favor.
La austeridad, el ascetismo contrario a las «pasiones» es muy necesario en estas latitudes del primer mundo. Aligerar el equipaje, clarificar las emociones y las fidelidades, son ejercicios saludables.
Que bellos los versos de Machado, tan bien cantados por Serrat: «Y cuando llegue el día del último viaje y esté al partir la nave que nunca a tornar me encontrareis a bordo ligero de equipaje casi desnudo como los hijos de la mar».

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simmel (Escuela de Chicago) se interesó especialmente por el efecto del uso del dinero sobre la mente humana y sobre el orden social:
<< Porque el dinero expresa todas las diferencias cualitativas de las cosas en términos de ¿Cuánto? El dinero con toda su indiferencia incolora, se convierte en el común denominador de todos los valores; irreparablemente vacía el corazón de las cosas, si undividualidad, su valor específico y su incompatibilidad>> (G. Simmel 1950, La metrópolis y la vida mental)