Siempre he creído que Manuel Fraga Iribarne, ha sido una persona de ideología y práctica autoritaria, sino facista, al menos en sus tiempos de ministro de Franco. Pero igualmente tengo que reconocer su actuación democrática después tras la transición política española, como fundador de Alianza Popular y Presidente de Galicia, aunque continuase siendo un personaje típico de la aguerrida derecha española. Una derecha democrática es absolutamente necesaria, imprescindible, para la normalización de este país.
Por estas razones cuando el otro día fue lamentablemente abucheado y maltratado en Granada, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, sentí un gran malestar. No sólo por el sufrimiento de una persona mayor, quizás en el ocaso de su vida, sino por el método violento de manifestar las discrepancias. Se pretenden que los enemigos políticos sean privados de su voz -eliminados- en vez de darle todo el valor como adversarios. En la guerra a los enemigos se les quita la vida y en la lucha política se les quita la palabra. Me compadesco de Fraga, también de los manifestantes violentos, por su malestar, que es el nuestro.
¿Acaso los que en cada momento ostenten el poder deben eliminar a los discrepantes? Siempre cabe la alternativa noviolenta de darle todo es espacio democrático al adversario y combatirlo con toda la contundencia dialéctica posible. Quizás de esta manera todos viviremos mejor. Afortunadamente, mucha gente lo ha entendido de esta manera (p.e. Antonio, Esteban, xxx).
Por estas razones cuando el otro día fue lamentablemente abucheado y maltratado en Granada, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, sentí un gran malestar. No sólo por el sufrimiento de una persona mayor, quizás en el ocaso de su vida, sino por el método violento de manifestar las discrepancias. Se pretenden que los enemigos políticos sean privados de su voz -eliminados- en vez de darle todo el valor como adversarios. En la guerra a los enemigos se les quita la vida y en la lucha política se les quita la palabra. Me compadesco de Fraga, también de los manifestantes violentos, por su malestar, que es el nuestro.
¿Acaso los que en cada momento ostenten el poder deben eliminar a los discrepantes? Siempre cabe la alternativa noviolenta de darle todo es espacio democrático al adversario y combatirlo con toda la contundencia dialéctica posible. Quizás de esta manera todos viviremos mejor. Afortunadamente, mucha gente lo ha entendido de esta manera (p.e. Antonio, Esteban, xxx).
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