Mi frente todavía transpira sudor después de haber subido a la toma de las fuentes. Todo fue según me indicó Nabil (en la foto), puerta superior, atravesar Chauen, hotel Asma, camping a la izquierda y después a la derecha.
Era la primera vez que corría en el interior de Marruecos (antes lo había hecho en las playas de Martil que es más turístico) y tenía ciertos temores, sobre todo de no poder hablar con la gente sobre cualquier circunstancia. Eran tonterías, de lo cual me alegro. He atravesado el pueblo y la gente me miraba tan extrañada como en Vélez Blanco, ni más ni menos. El camino era duro, subir y subir, pero el campo es campo en todas partes, la tierras, las piedras, las plantas, los árboles... ahí me he sentido completamente cómodo, estaba en mi salsa. 45 minutos de subida y 30 de bajada. Vistas lindísimas, desgraciadamente la nube prometedora no ha llegado a protegerme del sol. Dudas si seguir adelante hasta las fuentes, quizás 20 m. más, resueltas por una pequeña fuente que me ha ofrecido su agua para refrescarme al lado del camino.
He saludado cuatro veces. El problema era el idioma, me he inclinado por el «bonjuors», primero a una pareja que debían de ser franceses y ha funcionado muy bien; un joven que estaba mirando el paisaje y me ha saludado con el pulgar hacia arriba; un pastor joven de cabras, tenía interés en pararme con él, hablaba algo de francés y algo de español (yo nada de árabe), me ha indicado que las «sources» estaban cerca y me ha animado a seguir; los conductores de un todo terreno que me han dado su apoyo con el claxón. Estoy muy satisfecho, cuando corres en un pais diferente es como si lo hicieras más tuyo.
Efectivamente los campos eran iguales, las personas también.
Era la primera vez que corría en el interior de Marruecos (antes lo había hecho en las playas de Martil que es más turístico) y tenía ciertos temores, sobre todo de no poder hablar con la gente sobre cualquier circunstancia. Eran tonterías, de lo cual me alegro. He atravesado el pueblo y la gente me miraba tan extrañada como en Vélez Blanco, ni más ni menos. El camino era duro, subir y subir, pero el campo es campo en todas partes, la tierras, las piedras, las plantas, los árboles... ahí me he sentido completamente cómodo, estaba en mi salsa. 45 minutos de subida y 30 de bajada. Vistas lindísimas, desgraciadamente la nube prometedora no ha llegado a protegerme del sol. Dudas si seguir adelante hasta las fuentes, quizás 20 m. más, resueltas por una pequeña fuente que me ha ofrecido su agua para refrescarme al lado del camino.
He saludado cuatro veces. El problema era el idioma, me he inclinado por el «bonjuors», primero a una pareja que debían de ser franceses y ha funcionado muy bien; un joven que estaba mirando el paisaje y me ha saludado con el pulgar hacia arriba; un pastor joven de cabras, tenía interés en pararme con él, hablaba algo de francés y algo de español (yo nada de árabe), me ha indicado que las «sources» estaban cerca y me ha animado a seguir; los conductores de un todo terreno que me han dado su apoyo con el claxón. Estoy muy satisfecho, cuando corres en un pais diferente es como si lo hicieras más tuyo.
Efectivamente los campos eran iguales, las personas también.
1 comentario:
Es indudable que el entusiasmo nos hace capaces de grandes empresas, pero el frío de la ejecución nos paraliza. Nuestra resolución vale más que nuestros actos; ahora bien, la virtud consiste en la acción. Al entusiasmo no le falta más que consatancia para ser virtud; es la virtud sin la constancia. El entusiasmo es virtud improvisada.Si ignoramos los nombres de las lomas, agujeros y grietas que la geografia han querido distinguir en la bolita terrestre, encontraréis personas que se encogeran de hombros y os asegurarán que la tierra salió de la nada. No ven en la ciencia un conjunto de principios eternos, sino una complicación de hechos y palabras. Tenemos muchos pedantes de ese calibre. El gusto no es más que un paliativo de la ignorancia, consiste en juzgar por instinto aquello que se es incapaz de juzgar por la razón. A medida que se va penetrando en la naturaleza de las cosas, la competencia del gusto pierde terreno en favor de la ciencia.Se disfruta menos de la buena salud, que se sufre por la mala. Los goces del cuerpo son limitados, sus males son infinitos. sigue gozando.
Un golpe de abanico ha erido el búcaro . El golpe lo rozó apenas, y no se percibió ningun ruido.
Pero la leve magulladura, mordiendo poco a poco en el cristal con paso imperceptible y seguro, lo ha ido rodeando lentamente.
El agua fresca ha escapado gota a gota y se ha consumido el jugo de las flores. Nadie se ha dado cuenta todavía. No lo toquéis; está roto.
Tambien así la mano amada suele rozar el corazón y magullarlo. Luego, el corazón se hiende por sí solo y la flor de su amor perece.
Aunque a los ojos del mundo parece intacto, él siente crecer y llorar quedamente la herida fina y profunda. Está roto, no lo toquéis. A los amigos desconocidos RAPIDA.
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