Cualquier observador lejano a la realidad política del estado español, podría pensar que con sus propuestas ETA tiene ganas de desaparecer. Son propuestas relativamente lógicas, hablar directamente con el gobierno, tratar el tema de los presos de la banda, estar dispuesta a entregar las armas y disolverse.
El problema puede estar en que, lógicamente, sus declaraciones son evaluadas de acuerdo con todo el recorrido histórico cargado de sinrazón y violencia.
Son dos lógicas que tienen que converger y el único punto de convergencia posible es la paz: crear las mejores condiciones de convivencia en Euzkadi. Con este objetivo, a pesar de que haya otros asuntos que atender, no cabe otra posibilidad que no sea seguir negociando sin demora.
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