El pasado viernes 9, por la noche, llegué a Sevilla, justo cuando había terminado la reunión de la Otan. Por suerte su presencia, en este caso, no fue acompañada de bombardeos «amigos» o enemigos, ni de destrucción. Sólo las «tensión» de las opiniones y manifestaciones en contra de la cumbre.
De acuerdo con la prensa no ha habido avances en su agenda -la externa, la conocida-. Nos gustaría creer que esto ocurre como una muestra más de su incompetencia: lo insulso de una alianza militar nacida en la guerra fría para construir la paz en los tiempos actuales.
Al parecer había diferencias de criterio entre sus miembros sobre algunos asuntos: los europeos más remisos a reforzar el contenido militar de la misión en Afganistán y al envío de más tropas, frente a EEUU. Eufemísticamente, el ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, dijo que los soldados de la OTAN son «liberadores, no ocupantes».
En la actualidad, las misiones de la OTAN son menores de lo que se podría pensar -esta es otra razón para su desaparición- pero sin embargo siempre esta dispuesta, como un «paraguas», a acompañar, encubrir o camuflar las actuaciones del ejército de EEUU, cuando este se decide a una a
nueva aventura. Incontrolable por las Naciones Unidas, decide intervenir y después busca apoyos a través de la OTAN, que siempre puede ser una buena compañera, al menos sentimental, del viaje.
De acuerdo con la prensa no ha habido avances en su agenda -la externa, la conocida-. Nos gustaría creer que esto ocurre como una muestra más de su incompetencia: lo insulso de una alianza militar nacida en la guerra fría para construir la paz en los tiempos actuales.
Al parecer había diferencias de criterio entre sus miembros sobre algunos asuntos: los europeos más remisos a reforzar el contenido militar de la misión en Afganistán y al envío de más tropas, frente a EEUU. Eufemísticamente, el ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, dijo que los soldados de la OTAN son «liberadores, no ocupantes».
En la actualidad, las misiones de la OTAN son menores de lo que se podría pensar -esta es otra razón para su desaparición- pero sin embargo siempre esta dispuesta, como un «paraguas», a acompañar, encubrir o camuflar las actuaciones del ejército de EEUU, cuando este se decide a una a
nueva aventura. Incontrolable por las Naciones Unidas, decide intervenir y después busca apoyos a través de la OTAN, que siempre puede ser una buena compañera, al menos sentimental, del viaje.
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