Los mensajes de paz, amor y felicidad resuenan ahora con mayor estruendo que el resto del año. Es una suerte que así ocurra. La conjunción de la astrométrica y la antropológica hace que lo concentremos en estas fechas. La noche más larga del año, en el hemisferio norte, es en estas fechas (a causa del eje de inclinación -23.5º- de la tierra) y esto ha sido observado a lo largo del año por muchas culturas que lo han convertido en causa de celebración (solsticios interculturales). Parece como si con este gran ceremonial -cada vez más pagano- los humanos reafirmásemos los principios que dan sentido a nuestra especie.
Sería mucho más sorprendente y efectivo recibir estos mensajes (a viva voz, radiofónicos, televisivos, postales o sms) en cualquier época del año (independientemente de la posición de los astros).
Sin embargo hay demasiado ruido de fondo de otros mensajes que nos invitan a los pecados «capitales» como el egoísmo, la gula, la codicia, el consumismo, la lujuria (un hedonismo desbocado). La felicidad, el amor y la paz serían mayores, de mayor sentido, sin estas malas compañías.
La imagen (lujuria) tomada de aquí
Sería mucho más sorprendente y efectivo recibir estos mensajes (a viva voz, radiofónicos, televisivos, postales o sms) en cualquier época del año (independientemente de la posición de los astros).
Sin embargo hay demasiado ruido de fondo de otros mensajes que nos invitan a los pecados «capitales» como el egoísmo, la gula, la codicia, el consumismo, la lujuria (un hedonismo desbocado). La felicidad, el amor y la paz serían mayores, de mayor sentido, sin estas malas compañías.
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