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He recibido decenas de mensajes que intentan de una u otra forma desearme que sea lo más feliz posible. Lo cual es muy de agradecer. La mayoría de ellos nombran a la Navidad, que rememora el nacimiento. Yo me uno a la celebración del solsticio de invierno –en el hemisferio norte-, de los rituales agrarios de fecundidad , de la diosa Mitra india, persa, mediterránea y romana, del dios Saturno y del nacimiento de Jesús. Es decir celebro el sol, la tierra, la vida que emerge gracias a ellos y la maravillosa riqueza cultural que los acompaña.
Los solsticios son aquellos momentos del año en los que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal. el solsticio de invierno alcanza el cénit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio. Estos acontecimientos fueron percibidos por los humanos desde la prehistoria y hace más 5000 años que los Vedas lo asociaron al dios(a) Mitra (amanecer, luz y sol), corresponsable del buen funcionamiento del universo. Este mito se transmitió a lo largo de los siglos a Irán, Kurdistán y Turquía, a los hititas y al reino de Mitanni. Según parece el culto de Mitra declaraba la inmortalidad del alma, un futuro Juicio y la resurrección de los muertos y, entre sus costumbres figuraba el bautismo para ser acogidos en la comunidad, celebrar ágapes, en los que se bendecían el pan y el vino o agua se repartía entre los asistentes como si fuera la carne y sangre de Mitra [en la foto Mitra con un toro].
Estas creencias se extendieron por todo el Mediterráneo y el Imperio Romano de mano de los legionarios que prestaron su servicio en Asia Menor. E incluso el emperador Trajano la protegió y declaró el domingo día del sol dedicado a Mitra como día festivo.
De igual manera las Saturnalia era una importante festividad romana en honor al dios Saturno, dios de la agricultura que se celebraba del 17 al 23 de diciembre. Las velas y antorchas ayudaban a celebrar el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo periodo de luz, o nacimiento del Sol Invictus. Eran siete días de fiestas, diversiones y banquetes. Este culto del Sol Invicto era muy parecido al culto de Mitra, tanto que se los confundía a veces.
En este contexto el cristianismo, de origen judío, propició su convergencia con el Mitraísmo y las Saturnalia. Y, a la llegada al poder de Constantino el Grande, seguidor de Mitra, propuso fusionar ambas doctrinas. Por un decreto anunciado en 321, ordenó que este debía ser un día de descanso. Hasta entonces la Cristiandad se había aferrado al descanso sabatino de los judíos. Estas decisiones sincréticas armonizaron la Cristiandad con las costumbres existentes y posibilitaron sus sbusistencia. Asi desde mediados del s. IV los hubo propuestas –no sin fuertes resistencias- de calendario cristianos que hacían coincidir la Natividad cristiana con el 25 de diciembre. Y, en el año 325 en el Concilio en Nicea, democráticamente –por votación de los obispos- entre otras cosas se certificó que Jesús era Dios, se definieron fechas del calendario cristiano y se reconocieron y favorecieron los sincretismos interculturales.
Una curiosidad, me dice Fernando que los masones también celebran los solsticios.