Hace unos días visité a mi amigo Tayseer Allouni. El tiene ahora arresto domiciliario, en su casa de Alfacar, por razones de salud. Aunque quizás sea mejor decir que su estado de salud rectifica en algo las razones de una sentencia que en mi conciencia fue del todo injusta. Durante todo el tiempo que ha estado en prisión -más de un año- ha recibido la solidaridad de periodistas de todo el mundo y el apoyo incondicional de la cadena Al Jazeera. Tiene que permanecer en su casa controlado por un anillo de seguridad en su tobillo, con él que puede cada día salir dos hora para caminar.
Dimos como siempre un repaso general, como siempre guiados por la filantropía de alcanzar un mundo mejor, más justo, sin violencia.
El té, los dulces sirios y qataríes estaban bastantes buenos. El encuentro fue reconfortante por el reencuentro y por poder retomar las conversaciones pendientes. Su espíritu y sentido del humor parecían intactos, por ello recordamos la frase de Fray Luis de Granada al volver a dar clase después de haber estado en prisión: «como decíamos ayer»
Dimos como siempre un repaso general, como siempre guiados por la filantropía de alcanzar un mundo mejor, más justo, sin violencia.
El té, los dulces sirios y qataríes estaban bastantes buenos. El encuentro fue reconfortante por el reencuentro y por poder retomar las conversaciones pendientes. Su espíritu y sentido del humor parecían intactos, por ello recordamos la frase de Fray Luis de Granada al volver a dar clase después de haber estado en prisión: «como decíamos ayer»
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