Aquí, en España, primer mundo, consumista, en cierta medida insolidadrio, el gobierno ha decidido que la velocida máxima sea 110 km/h en las autovías. No voy a entrar en analizar todas las medidas energéticas del gobierno de Zapatero, pero si voy a defender, desde un punto de vista ecologista, de sostenibilidad, esta medida. No puede haber dudas al respecto.
Como recordaba el otro día mi colega Luis, la mayoría de las comparativas de consumo de coches están basadas en una velocidad de 90 km/h, cuando lo que quieren demostrar es su bajo consumo, aunque la hipocresía es que los coches salen preparados para correr -y consumir- muchísimo más. Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) el consumo medio de un coche de gasolina en España cuando circula a 120 km/h es de 8,58 litros cada cien kilómetros. A 110 km/h, el consumo baja a los 7,64 litros. El ahorro entre una velocidad y otra es de 0,94 litros por cada cien kilómetros, un 11%. Coincido con Greenpeace cuando dice que la competitividad aumenta con medidas de ahorro energético, no al revés. Se reducen la dependencia del crudo (ahora supone la mitad de nuestra energía), las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación, la contaminación acústica, la accidentalidad …
Es evidente que debajo de esta medida, todo lo coyuntural que se quiera ver, está el debate sobre la sostenibilidad del planeta, la solidaridad con las generaciones futuras, los modelos de consumo y de vida, aceptar que la energía es limitada y vivir en consonancia con ello.
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