Aparentemente podría parecer la imagen de una comedia americana, el suegro y el yerno, (de cine mundo si la foto fuera en blanco y negro). Pero nada más lejos de la realidad, se trata nada mas y nada menos que de unionista radical Ian Paisley y del número dos del Sinn Fein, el brazo político del IRA, Martin McGuinness. Hasta hace poco enemigos irreconciliables de Irlanda del Norte. Encarcelado el primero en 1969 por instigar la violencia de los protestantes contra los católicos. Encarcelado el segundo por practicar directamente esa violencia contra los protestantes. Ahora forman parte son presidente y vicepresidente del mismo gobierno, lo que ha sido recogido abundantemente por la prensa internacional y local.
Aunque visto de otra forma la risa descarada o recatada podría estar movida por el reconocimiento de un pasado común estúpido, como si de una tragicomedia esperpéntica se tratase. Ahora católicos y protestantes -parece mentira lo que pueden soportar las religiones- trabajan juntos por la paz.
Tony Blair sentienció que era una «lección para los conflictos de todas partes... una lección para conflictos en cualquier sitio para definir el adecuado marco político desde el que sólo a través de la política puede venir la paz y ser duradera»
Y nuestro rey bueno, pensando en nuestro país, en un atisbo de gran inteligencia política asintió y elogió el proceso, aunque para algunos -como casi siempre no les gustase-.
Aunque visto de otra forma la risa descarada o recatada podría estar movida por el reconocimiento de un pasado común estúpido, como si de una tragicomedia esperpéntica se tratase. Ahora católicos y protestantes -parece mentira lo que pueden soportar las religiones- trabajan juntos por la paz.
Tony Blair sentienció que era una «lección para los conflictos de todas partes... una lección para conflictos en cualquier sitio para definir el adecuado marco político desde el que sólo a través de la política puede venir la paz y ser duradera»
Y nuestro rey bueno, pensando en nuestro país, en un atisbo de gran inteligencia política asintió y elogió el proceso, aunque para algunos -como casi siempre no les gustase-.
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