La afirmación era realizada con una cierta socarronería, como a él le gusta. Mas bien parecía responder a la siguiente pregunta ¿Para que tener tanta prisa (bulla)? La respuesta también se daba por supuesta: no por mucho correr se llega antes. Reconocerse como lento era hacerlo como paciente, con capacidad de escuchar a los demás, de ser sensible a los compases realidad.
Varios días después otro colega -Miguel Angel- me hizo la misma aseveración. El es también observador, sabe escuchar, con buena predisposición, trabajador incansable, tiene buena predisposición, pero paciente. Puede que tengan razón con ser lentos si esta lentitud es garantía de bienestar, bienhacer. Por lo pronto ahí están siempre y sonrientes.
1 comentario:
Me gustaría pedirte que ni pises nunca el acelerador, que tu lentitud es una de las cualidades que te hace especial. Conserva tu capacidad de escuchar a los demás, de comprender a tus semejantes, tu empatía con los que te rodean, pero sobre todo no pierdas ese chispa que desprenden tus ojos, porque cuando estamos contigo hay que ver "Que bien nos lo estamos pasando".
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