No se sabe cuantos años lleva esta acera y este escalón en esta calle; tampoco desde cuando las mujeres comenzaron a utilizarlo como lugar de encuentro. Hagamos cuentas, la calle pudo ser arreglada a comienzos de los setenta, aunque antes existían baldosas a la entrada de cada casa, pero no estaba construida la acera y la calle era de lastras y tierra. La costumbre de las mujeres -también de los hombres- la tenemos constatada por tradición oral desde comienzos del siglo pasado, cuando todas casas de la calle estaban habitadas. Entonces se sentaban en las baldosas o se sacaban sillas a las calles. Esta costumbre, con uno u otro mobiliario debía de ser de tiempo inmemorial, desde la existencia del barrio y la calle (¿siglo XVII?).
La socialización era mucho mas intensa, se compartían mucho mas las experiencias de la vida cotidiana, era un entretenimiento y una necesidad. Habida cuenta de que no existía televisión (televisión española comenzó a emitir a partir del años 56; las palabras del ministro al inagurarla fueron: "Hoy, día 28 de octubre, domingo, día de Cristo Rey, a quien ha sido dado todo poder en los Cielos y en la Tierra, se inauguran los nuevos equipos y estudios de la Televisión Española"), puede que a Vélez Blanco llegara a comienzos de los sesenta (en el 62 llegó a Almería) y, según cuenta María Dolores en esta casa estuvo uno de los primeros aparatos para disfrute de la familia y del vecindario. Volvamos a lo nuestro: había un incipiente radio; poca prensa, mucha gente analfabeta y pocos espectáculos públicos, pero había mucha comunicación, empatía, ayuda mutua, solidaridad, amistad, capacidad de compartir alegrías, sentires, problemas o las cosas del día a día.
Por suerte muchas de esas costumbres ancestrales perviven como garantía de nuestra calidad de vida entre las gentes que habitan o visitan esta calle.
Hoy vemos a cuatro generaciones en la calle, sentados en la plaza. Todo un lujo.
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