La premio Noble de la Paz Aung San Suu Kyi ha ha conseguido el escaño del del distrito electoral de Kawhmu del Parlamento de Birmania por el que competía frente a los candidatos del oficialistas. Su partido, la Liga Nacional para la Democracia, ha optenido 40 de los 45 escaños en liza.
La historia de esta vital mujer de 66 años es realmente ejemplarizante. Sus convicciones pacifistas, basándose en su creencias budistas y sus conocimientos sobre Ghandi, le han servido para permanecer en su país a pesar de no haberle sido reconocida su victoria en las elecciones de 1990. Durante este tiempo Suu Kyi estuvo arrestada por la Junta Militar desde 1989 hasta 2010, en que fue liberada. Pasó 15 de los últimos 21 años encarcelada o privada de libertad.
Lo realmente llamativo de estos 20 años es su resistencia noviolenta, basando su lucha en los principios sagrados de la moral y su fe en la idea del bien y de lo justo, que le han llevado a perseverar en la necesidad de reconciliar a las etnias de su país. A pesar de tener posibilidades de salir de Birmania, optó por permanecer en el interior de su pais ejercitando una resistencia noviolenta. Hay que destacar que durante este período recibió numerosos premios internacionales, entre ellos el nobel de la Paz (1991).
Una estrategia, una táctica, frente a la Junta Militar, de 20 años, para conseguir, junto con su partido, un nuevo triunfo electoral memorable, en las recientes elecciones parciales. Una estrategia noviolenta que, por sus medios y resultados, puede ser comparada con la seguida por la oposición en otros países (se me ocurre pensar, sin todo el conocimiento de causa necesario, en Libia o Siria) en los que, por desgracia, se tornó en violenta. La actualidad de la noviolencia está fuera de toda duda.
ཨང་སན་སུའུ་ཁེའི་ནི་འབར་མ་ཡི་བུད་མེད་ཆབ་སྲིད་མཁས་ཅན་ཞིག་རེད། ཁོ་མོར་སྤྱི་ལོ་༡༩༩༡ལོར་ནོའོ་བྷེལ་བྱ་དགའ་རག་པ་རེད།(texto en birmano al respecto, que será visto cuando los navegadores lo permitan).
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