sábado, noviembre 20, 2010

CRECE EL ARBOL DEL FLAMENCO (∑π)

Yo creo que oía, casi inconsciente, flamenco desde que era muy pequeño en la radio de mi casa. Desde entonces me ha acompañado en festivales, fiestas y reuniones. Mi amigo Rafa Villegas, impulsado por su insipiente nacionalismo, siempre lo promovía. Quizás los momentos mejores fueron en el Zaidín, con Miguel Burgos Única "El Cele", los martes después de la Asociación de Vecinos; los festivales en la plaza Federico Mayo; Rafa Callejas, Los Ogijares; Camarón en el Poligono de Cartuja, el Cabrero, el Piki, Meneses, Fosforito, el Paseo de los Tristes, San Nicolás (50 aniversario Festival 1922), Morente, ... Es un medio potentísimo de socialización que he compartido con amigos en bares, plazas y pueblos.
Que ahora el flamenco sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no es sino un acto de generosidad de los unos con los otros, de los que lo hemos disfrutado toda la vida y los que ahora lo acogen.

Como regalo una solea de José Meneses.

PD: el árbol del flamenco me recuerda los árboles de la vida de México.

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