Hace tres días el volcán Eyjafjalla, ubicado en Islandia, que permanecía oculto bajo el glaciar Eyjafjallajökull, entró en erupción, provocando un grandioso espectáculo natural, pero en este caso con inmensas consecuencias para la actividad humana. Las cenizas emitidas por la erupción obligaron a cortar el tráfico aéreo en parte del centro y norte de Europa. Más de 20.000 vuelos de varias aerolíneas han sido cancelados.La fuerza y la belleza de la naturaleza contrasta, nuevamente, con la fragilidad


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