Comenzó y terminó, al menos formamente, el II Congreso Internacional sobre Paz, Cultura y Democracia. Primero fue el contacto con la ciudad de Toluca y sus personas, después con Rosaluz, Arturo y Gustavo, que son esa familia tan especial y tan querida. Yo estoy enamorado de Rosaluz -creo que Arturo, su marido, y Gustavo, su hijo, también-. Bueno, yo estoy enamorado a mi manera, me gusta y disfruto de su ser y estar tranquilo, dialogante, ... mexicano y toluquense. Hija del erudito polígrafo Gustavo G. Velázquez heredó de él su amor por lo indígena, lo méxicano y lo social.
El destino quizo que nos conociéramos, hace años, en un master de paz, desde entonces compartimos visiones y preocupaciones.
Un beso Rosaluz.
1 comentario:
Y a mi que me hubiera gustado estar alli y conocer a esta señora -no se si "enamorarme"-; en fin, muchas clases en el segundo cuatrimestre y muy poca oportunidad de "pasearme por la Paz". Pero sí de pensar: se echa de menos la música que debía sonar en Velez Blanco: puedo escuchar los instrumentos con solo verlos, pero...lo que yo te diga, ¡la música construye la paz!
Publicar un comentario