viernes, enero 02, 2009

VÉRTIGOS Y AZARES DE NAVIDAD (∑π, επ)

Mi amigo Octavio me ha mandado una "felicitación" de Navidad muy especial. Abusando de la confianza reproduzco aquí parte de su texto, Vivir, morir, publicado en el Diario de Córdoba.
.... Diciembre, como todos los tiempos prostituidos por los rituales, ha vuelto a poner sobre el escenario los mismos decorados, el mismo guión, las mismas figuras de un belén heredado. Como si las hojas del calendario no hubieran caído y nos obligaran a repetir una y mil veces la misma sonrisa postiza, el mismo brindis, el mismo abrazo que nuestro cuerpo da obedeciendo más al cerebro que al corazón. El final del año ha vuelto a demostrarme que la Navidad es un tiempo reaccionario, que pretende mantenernos estáticos, con los pies hundidos en el fango de la tradición, que nos trata como si aún fuéramos niños y necesitáramos de su cobijo empalagoso para protegernos del mundo de los adultos. ... He leído justo antes de Navidad los últimos diarios que Marai vomitó entre 1984 y 1989, cuando no le temía tanto a la muerte como al morir. Su prosa desgarradora ha vuelto a ser un espejo que me ha devuelto mi rostro. En él he redescubierto la terrible paradoja de la que somos prisioneros: la vida es fugaz y precisamente en esa fugacidad reside su belleza. Esa es la lección que una vez más me ha salvado del suicidio al que me invitaban los abetos de plástico. Ha sido ella la que me ha despertado al comprobar que mi rostro y el de los demás tenían más arrugas que hace un año. Me he dado cuenta de que la gran trampa de la Navidad es hacernos creer que el tiempo es siempre el mismo y que los sentimientos pueden ser eternos. Me he vuelto a convencer de que no puedo malgastar mi vida en un lago de aguas quietas y he asumido que mientras que la Navidad, mi familia o mi pueblo pretenden seguir siendo los mismos, yo cada año soy otro porque no he querido dejar de crecer. ...
Perdona Octavio, me he tomado la libertad de parangonar el título de tu libro De vértigos y azares, porque al fin al cabo la Navidad también es ambas cosas. Tienes mucha razón, a pesar de que en mi apunte Besos y abrazos de Navidad, he querido quedarme con la parte "feliz" de la Navidad. El vértigo de esta celebración viene dado por este "invento" que damos por bueno generación tras generación y reproducimos, que se convierte en rito necesario y a través del cual expresamos lo mejor posible "azares" de nuestras vidas, de nuestra cultura en su constante intento de adaptarse lo mejor posible al medio que nos rodea. Vertiginoso es: la búsqueda de la felicidad, la relación amorosa con los demás, festejar el control del tiempo y de los fenómenos naturales, la alianza con los sobrenatural, compartir, cantar, bailar, reir, sobrevivir en el intento, ... Buenos motivos de celebración ¿No?

Imagen tomada de aqui

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