No se por que extraña casualidad, buscando un comedor cercano al Instituto de la Paz, encontramos los Girasoles. El entorno no esta mal, Iglesia del Perpetuo Socorro (que es como la mutua ayuda permanente en versión eclesial) y justo enfrente del complejo San Juan de Dios, un santo benefactor, que incluye el convento, la iglesia, la clinica San Rafael y el comedor de beneficiencia, para todo tipo de desamparados. En la otra esquina la librería Babel, con Dani -bateria de mamabaker (puede que se escriba asi), antiguo alumno, reconvertido librero y siempre sonriente en la sala de maquinas de la misma. Un poco más abajo el quiosco de Miguel "el valiente" y Encarni, ambos de Pulianillas como su propio habla nos aclara. El arreglo de la santa calle ha dado mayor amplitud, calma y tranquilidad a la zona.
Manuel, Manolo, que es el dueño de los Girasoles, trabajador incansable e imperterrito, a pesar de la hernia, de los montes orientales, muy nervioso por dentro, tranquilo por fuera, aficionado a los toros. Él es quién define el carácter del local: variopointo, popular y lleno de vida. Yo siempre me he preguntado por que el nobel y maleducado Cela eligío un cafetín de Madrid para su obra "La colmena" cuando existía los Girasoles. Una pleyade de mujeres (Maria del Mar -sus tres hijas echan una mano cuando es necesario, Alicia, Maria, Maria Jose, Rocio, ...) todas ellas sirviendo las mesas y Ramon y Edu (de Bolivia, que supereducado es), ah! y que no se me olvide Paco (siempre presto -en la medida que sus neuronas se lo permitan- a beber vino fresquito y a quitar o poner un mantel), terminan de darle ese ambiente familiar. Un carácter cercano a la "etica del cuidado" (como define Irene Comins), a todas las personas minusvalidas, solitarias o necesitadas. No se donde realiza el "casting" Manuel, pero realmente es acertado. Higiene, parece que respetable. La decoración sale adelante a pesar de los años (todavía quedan restos de la pista de baile de las noches granadinas) y del dudable gusto del decorador, si es que existió. El horario continuado de siete de la mañana a una de la noche, y el menu de seis euros con tres primeros (en los que se incluye plato de comidad casera) y tres segundos (en los que se incluye pescado normalmete fresco) a elegir, vino y postre, termina por atraer a todo tipo de "transeuntes". Personas de la tercera edad, entre ellas algunas mujeres solitarias, trabajadores de la construcción, administrativos de poca monta, profesores de universidad (entre los que se incluye un secretario general), acompañantes de los enfermos del hospital vecino, renegados del comedor de beneficiencia que ese dia alcanzaron el precio del menu, grupos de fieles de Fray Leopoldo y gente, mucha gente, hacen que terminemos por mimetizarnos cómodamente.
Pues aqui aterrizamos sobre todo Bea y yo -el estomago bien gracias- y con nosotros ocasionales acompañantes del Instituto, profesores, profesores visitantes de todas partes del planeta (Vicent, Joaquin, Greg, Carlos, Juan, Jose María, Eloisa, Flavia, ....), alumnos de todo el orbe (Natalia, Jose Guadalupe, Oscar, Carlos, Blanca, Nieves, Maria, Miguel Angel, ... ), mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, mis amigos, por separado y unidos, formando parte de esta colmena popular. Conversaciones, debates, proyectos, muchos proyectos. Me siento comodo, por el reconocimiento, el cuidado, la mutua ayuda, lo vital, la falta de protocolo innecesario, ... La comida tambien es buena. Os invito.
Manuel, Manolo, que es el dueño de los Girasoles, trabajador incansable e imperterrito, a pesar de la hernia, de los montes orientales, muy nervioso por dentro, tranquilo por fuera, aficionado a los toros. Él es quién define el carácter del local: variopointo, popular y lleno de vida. Yo siempre me he preguntado por que el nobel y maleducado Cela eligío un cafetín de Madrid para su obra "La colmena" cuando existía los Girasoles. Una pleyade de mujeres (Maria del Mar -sus tres hijas echan una mano cuando es necesario, Alicia, Maria, Maria Jose, Rocio, ...) todas ellas sirviendo las mesas y Ramon y Edu (de Bolivia, que supereducado es), ah! y que no se me olvide Paco (siempre presto -en la medida que sus neuronas se lo permitan- a beber vino fresquito y a quitar o poner un mantel), terminan de darle ese ambiente familiar. Un carácter cercano a la "etica del cuidado" (como define Irene Comins), a todas las personas minusvalidas, solitarias o necesitadas. No se donde realiza el "casting" Manuel, pero realmente es acertado. Higiene, parece que respetable. La decoración sale adelante a pesar de los años (todavía quedan restos de la pista de baile de las noches granadinas) y del dudable gusto del decorador, si es que existió. El horario continuado de siete de la mañana a una de la noche, y el menu de seis euros con tres primeros (en los que se incluye plato de comidad casera) y tres segundos (en los que se incluye pescado normalmete fresco) a elegir, vino y postre, termina por atraer a todo tipo de "transeuntes". Personas de la tercera edad, entre ellas algunas mujeres solitarias, trabajadores de la construcción, administrativos de poca monta, profesores de universidad (entre los que se incluye un secretario general), acompañantes de los enfermos del hospital vecino, renegados del comedor de beneficiencia que ese dia alcanzaron el precio del menu, grupos de fieles de Fray Leopoldo y gente, mucha gente, hacen que terminemos por mimetizarnos cómodamente.
Pues aqui aterrizamos sobre todo Bea y yo -el estomago bien gracias- y con nosotros ocasionales acompañantes del Instituto, profesores, profesores visitantes de todas partes del planeta (Vicent, Joaquin, Greg, Carlos, Juan, Jose María, Eloisa, Flavia, ....), alumnos de todo el orbe (Natalia, Jose Guadalupe, Oscar, Carlos, Blanca, Nieves, Maria, Miguel Angel, ... ), mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, mis amigos, por separado y unidos, formando parte de esta colmena popular. Conversaciones, debates, proyectos, muchos proyectos. Me siento comodo, por el reconocimiento, el cuidado, la mutua ayuda, lo vital, la falta de protocolo innecesario, ... La comida tambien es buena. Os invito.
1 comentario:
Amigo buscando información de los Girasoles llegué a tu página y me entretuve leyéndola.
Sin duda si voy a la madre tierra visitaré Los Girasoles y les llevaré una buena botella de vino chileno.
Soy Oscar, de Chile.
www.oscarmarin.tk
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