Yo me he encontrado con Lidón, Chelo, Rosa, Tere -ellas del club de fans: todas somos fans de todas- Vicent, Eloisa, Elvira, Dori, Sofi, Elena, Sonia, Amador, Mercedes, María Jesús, ... del «estaf» de la Universidad. Reencuentro con los austriacos «Wolfgang’s» Dietrich (con el que he convenido facilitar la paz imperfecta a los alumnos de la Universidad de Viena) y Szult, Hakan Wiber y sus pantalones de cuero, Paco Rey, Macharia Munene de Kenia, Tizziano Telleschi, de Pisa como su propio nombre indica -un bello encuentro por su persona y las coincidencias intelectuales-, Daniel Lina -portorriqueño-, ... y Greg (para mi solo eso) Basseau y del Congo (hemos retrasado mi visita para junio. Las condiciones académicas siempre dependen de las política, habrá que estar atento). Me he sentido bien, al encontrarme con tantos amigos y amigas, querido y reconocido.
El encuentro ha sido un balance del pasado, para todos muy interesante especialmente por la expansión de la idea de paz y la creación de redes. Se ha insistido en estos proyectos, en la que los propios alumnos pueden jugar un papel muy importante. Sin embargo creo que todos percibíamos que no se había avanzado lo deseado, que hay una cierta dificultad para institucionalizar la paz -los centros de investigación de la paz-. Observamos como los estudios sobre ecología, desarrollo o feminismo, tienen mayor facilidad para implantarse. Puede que haya más conciencia para ello. ¿Pero es que no existe suficiente conciencia sobre la paz? Probablemente si, pero basada sobre todo en su carácter ético, que parece no ser suficiente. Esta consolidación depende de decisiones académicas y políticas pero también -a mi entender- de los presupuestos y las propuestas de trabajo de los propios investigadores de la paz. Si nosotros no le damos importancia institucional -académica y política- cómo se lo van a dar otros agentes sociales.
Por cierto en el viaje de ida y vuelta me acompañaron Gerardo que es mexicano y Polyana que brasileña, las ocho horas de viaje se aligeraron con su buen saber estar y conversar. En ambas direcciones hicimos posta en Vélez Blanco, a la ida gurullos con almejas y migas, a la vuelta tapas en la marraja, en ambos casos «escoltados» por mi inefable Pedro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario