Hoy Bernardo es una persona honorable. En verdad lo ha sido siempre, solo que algunos rezagados se han dado cuenta ahora. Cómodamente instalado en la bella Vitoria, disfruta -como me consta personalmente- de sus bondades. Comparte la grandeza de aquellas gentes y sufre con sus problemas. El tiene esa virtualidad de estar bien allá y aquí. Allá tiene a sus hijos y sus amigos, buenos amigos como Javi, Luis Carlos, Paco y Juan. Acá sus padres, sus recuerdos y sus emociones.
Cuando «llega Bernardo» vuelve toda su historia, una historia dura en algunos momentos, llevada con dignidad y superada por el esfuerzo, el instinto y la inteligencia natural. Aquí podríamos hablar de «resiliencia», esa capacidad de salir adelante a pesar del caos del entorno. La resiliencia es una cualidad de la condición humana que permite salir adelante a pesar las dificultades, de los obstáculos que muchas veces fabricamos, estúpidamente, los propios humanos. Representa el empeño por demostrar que nuestra dignidad frente a los intentos de derrumbarla.
Cuando él vuelve todo el pueblo lo sabe, porque también vuelve su propia historia y coincide con el regreso de otras muchas personas que tuvieron que emigrar, autoconstruirse, y ahora retornan orgullosos de si mismos y de su hoja de vida. La vuelta se hace cotidianamente patente en la taberna de la Marraja [cf.] donde Bernardo tiene su «cátedra». Desde la que dialógicamente enseña y aprende, en connivencia con todo el microcosmos que por allí habita. Su botella del fresco rosado peleón ayuda a que el sagrado ritual de la comunicación sea más fluido.
La llegada de Bernardo siempre, a pesar de su generosidad con los tintos de la rioja alta alavesa, de los quesos de oveja de recónditos caseríos, de las conservas naturales u otros productos de su procedencia, que dona para el bienestar de sus conocidos, es deseada como la última. Nos (aquí esta incluido él) gustaría que se tomara un merecido descanso, que se quedase a disfrutar con sus padres, vecinos, recuerdos y emociones.
2 comentarios:
Por lo que se ve estas otras vacaciones no te disgustan. Disfruta al máximo con Bernardo y su dialógica, enhorabuena.
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