lunes, abril 04, 2005

EL PULGAR MOVIL DEL PANDA

El panda es un cordado, mamífero, carnívoro, ursidae, llamado Ailuropoda melanoleuca, que por su aspecto y por estar al borde de la extinción, ha generado todo tipo de simpatías y solidaridades. Son animales solitarios y tranquilos, excepto en la época de celo, y se comunican muy frecuentemente, la mayoría de las veces a través de vocalizaciones y marcados acentos. El «pulgar del panda» es conocido entre los expertos como una paradoja de la evolución.
Uno de los grandes popes de esta teoría, Stephen Jay Gould, ha utilizado este ejemplo -publicado en un libro del mismo nombre- para describir los «caprichos» de la evolución. Los pandas provienen filogenéticamente de osos carnívoros pero, en algún momento, pasaron a ser vegetariano. Sus pulgares de carnívoro, al cabo de muchos millones de años de evolución, terminaron por anquilosarse con movimiento muy limitado. Pero, sorprendentemente, al pasar a una dieta de bambú, la evolución posibilitó que un hueso sesamoideo radial de la muñeca diera lugar a un falso pulgar, que puede manipular y agarrar con cierta destreza objetos tan pequeños como los tallos de las plantas. Algunos dicen que es una chapuza torpemente diseñada, pero cumple perfectamente su función actual: asir y comer su alimento exclusivo, el bambú.
Esta línea evolutiva me ha llevado a mi a equipararla con una nueva actividad dada al pulgar, ante las nuevas demandas funcionales del uso de los teléfonos móviles. Como si de un pequeño dictador se tratase el pulgar, decide a golpe de pulsiones, que botones presionar, que destino elegir. Parece como si hubiésemos completado el bucle evolutivo, las vocalizaciones, comunicaciones, el lenguaje, las emociones y los sentimientos han sido sustituidas, hábil o torpemente, por el pulgar, que de esta manera se convierte en epicentro de nuestras motivaciones. Nos consuela saber que dentro de varios millones de años sabremos donde termina todo esto.

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