He decidido convertirme en un "abraza-árboles". Me ha gustado la idea de sentirme ligado a la naturaleza, a la tierra y el cosmos a través del reconocimiento afectivo de los árboles.
Puede que las reminiscencias de los hippies me hayan ayudado a recuperar esta idea. Además de buscar la armonía con el entorno, los árboles, al igual que las plantas y la naturaleza, tienen efectos beneficiosos sobre nuestra salud.
La puesta en práctica no podría tener un mejor escenario: Cali, Colombia, donde la frondosidad de los árboles y de su naturaleza es palpable y evidente por todas las calles (yo creo que contamina de vitalidad a sus habitantes).
Para este viaje iniciático conté con la colaboración y complicidad de una sabia indígena, Adriana Anacona. Antes habíamos estado paseando, con Juanma, por el Parque del Ingenio, un pulmón de 18.000 m2 al sur de Cali, donde pudimos pasear y pasear, hablar y hablar (hasta de la matriz unitaria, ...) y disfrutamos y disfrutamos de los extraordinarios ejemplares de plantas y árboles.
Acá en Andalucía tendré que conformarme con árboles mas pequeños, pero contaré con los olivos centenarios, los plátanos de los paseos, los ginkgo bilobas, de reciente incorporación, laureles, álamos esbeltos, pinos, encinas, frutales, ... Sólo el recuento me resulta entrañable.
PD: Quiero suponer que la práctica de abrazar persona favorecerá el hacerlo con los árbole. Y viceversa.
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