miércoles, junio 19, 2013

MI PRIMERA CARRERA EN COLOMBIA (∑π)


Por fin conseguí correr un día en Bogotá, Colombia. Después de 16 años portando conmigo mis zapatillas, nunca antes había conseguido trotar, unas veces por falta de tiempo, otras por no encontrar el lugar adecuado y otras por, quizás excesiva, precaución. Nunca lo había conseguido. Tuvo que ser en Bogota a 2.600 metros mas cerca de las estrellas. Carlos y Carol gentilmente -como siempre- me llevaron al Humedal de Santa María del Lago, ubicado en; Engativá; cerca de la Autopista Medellín, entre la Avenida Ciudad de Cali y la avenida Boyacá. Uno de los pocos humedales que queda de aquellos extensos que eran considerados centros simbólicos de ceremonias, morada de los dioses muiscas.
Al correr en un país, como ya he manifestado en otras ocasiones, se consigue una relación mas estrecha con el mismo. La sensación de cercanía, libertad, confianza, te hace disfrutar doblemente. Estas fueron mis percepciones, estaba feliz; a pesar de la altura, de no haber corrido en las últimas dos semanas, de dormir poco, me sentí ligero, confortable y alegre. La naturaleza, la vegetación (sauces, alisos, acacias, eucaliptos, arrayanes y cerezos, lentejas, buchones, juncos, sombrillitas de agua, ...), los pájaros (tinguas de pico rojo, cucaracheros de pantano, monjitas, patos zambullidores. además quisimos ver a a los migrantes patos canadienses), el agua, el aire, la brisa, la atmósfera, aliviaron el sudor y contribuyeron a la generación de endorfinas (esa droga natural tal querida y admirada). Para culminar la mañana nos fuimos a tomar un picadita, la sopa de papas con  maiz y algo de carne estaba deliciosa.
Fotos: Carlos José Herrera.



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