El esquizofrenia (del griego, schizo: "división" o "escisión" y phrenos: "mente") es entendida principalmente desde una perspectiva patologica como una disfunción neurosicológica y de la conciencia. Yo, sin embargo, desde una perspectiva de ensayista aficionado, pienso que todos los seres humanos somos, en cierto sentido, esquizofrénicos, porque tenemos diversos proyectos vitales que gestionar, desde los designios de la filogenia a la racionalidad, pasando por los instintos, las emociones y los sentimientos. No siempre los proyectos coinciden, cuando no son contradictorios, y de ahí proviene la esquizofrenia.
También hablo de cierta "esquizofrenia cognitiva" (a pesar que me ha dicho Maricarmen Mesa, que es sicóloga, que me indica que en cierto sentido es redundante, aunque para mi, a pesar de ello, me parece que clarifica) para definir el problema de muchos pacifistas: desean la paz pero piensan en clave de violencia. Esto ocurre bastante en Occidente, al menos desde que el judeocristianismo se convirtió en una ideología dominante.
Esta idea ha tomado mas fuerza, recientemente, a través de considerar el marco de la desbordante complejidad en la que vivimos y "gestionamos" con herramientas limitadasque forman nuestra conciencia (v. entrada).
El otro día conversando con Hector, que es alumno de doctorado colombiano, mientras caminábamos por el Paseo de los Tristes, de regreso del Carmen de la Victoria donde habíamos acompañado a Luis Eladio Pérez, descubrí que la esquizofrenia era también -¿sobre todo?- un espacio de creatividad.
Y Alejandro, alumno argentino de primero de Historia me habló de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner que en definitiva nos habla de unas capacidades cognitivas siempre fragmentadas y limitadas (frente a la complejidad) que sólo pueden alcanzar su máximo desarrollo creativo el marco del apredizaje social y cooperativo.
También hablo de cierta "esquizofrenia cognitiva" (a pesar que me ha dicho Maricarmen Mesa, que es sicóloga, que me indica que en cierto sentido es redundante, aunque para mi, a pesar de ello, me parece que clarifica) para definir el problema de muchos pacifistas: desean la paz pero piensan en clave de violencia. Esto ocurre bastante en Occidente, al menos desde que el judeocristianismo se convirtió en una ideología dominante.
Esta idea ha tomado mas fuerza, recientemente, a través de considerar el marco de la desbordante complejidad en la que vivimos y "gestionamos" con herramientas limitadasque forman nuestra conciencia (v. entrada).
El otro día conversando con Hector, que es alumno de doctorado colombiano, mientras caminábamos por el Paseo de los Tristes, de regreso del Carmen de la Victoria donde habíamos acompañado a Luis Eladio Pérez, descubrí que la esquizofrenia era también -¿sobre todo?- un espacio de creatividad.
Y Alejandro, alumno argentino de primero de Historia me habló de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner que en definitiva nos habla de unas capacidades cognitivas siempre fragmentadas y limitadas (frente a la complejidad) que sólo pueden alcanzar su máximo desarrollo creativo el marco del apredizaje social y cooperativo.
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