Tenía la necesidad de saber su nombre para sentirme mas cerca de ella. La empatía de las flores se siente más cercana cuando conoces su nombre y la sientes mas cercana.
Creía que esta flor se llamaba diente de león o achicoria amarga, iba pensando en ello cuando me encontre en el mismo camino con Roberto, un compañero de colegio. Estaba con la misma duda. Finalmente me lo confirmó Dioni -el farmacéutico de Velez Blanco- y Joaquín Molero, compañero de Instituto y hoy catedrático de botánica (he quedado en consultarle mis dudas). Ahora se que es una planta comestible y curativa. Mi empatía ha crecido en los días posteriores.
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