resbalaban por las esquinas
de las altas tapias
y caían sobre las hojas
de la amapola coloreada.
Deshojada
por el viento y la lluvia
la amapola entre los matorrales
lucía su tallo verde elegante.
Pero ¿y sus hojas?
Sus hojas perfumadas
volaron por los aires
hasta mi libro de notas.
Mira, mira
-te digo- "son hojas de amapola", Vida.
¡Campo verde!
Los últimos días cuando voy por las veredas siempre voy buscando las amapolas, tan rojas, tan vivas, tan fugaces, tan fieles. Juanmi -autor de la foto- me advirtió, allí, allí están. Ahora las veo todos los días, me recuerdan mi infancia y las excursiones con mis padres. Las amapolas me enternecen.
Hoy las he encontrado de nuevo en la Facultad, Carmina me las ha mostrado en el poema que figura arriba. Está en un libro titulado Danza de almas, Poesía para niños y jóvenes (asomaros a la ventana). Podría reproducir aquí todo el poemario. Estoy tentado. Gracias amiga por rejuvenecerme.
Hoy las he encontrado de nuevo en la Facultad, Carmina me las ha mostrado en el poema que figura arriba. Está en un libro titulado Danza de almas, Poesía para niños y jóvenes (asomaros a la ventana). Podría reproducir aquí todo el poemario. Estoy tentado. Gracias amiga por rejuvenecerme.