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Yo no creo en las manos negras que explican los acontecimiento fatídicos de la historia. Ha sido un artilugio muy recurrido por la historiografía, especialmente la marxista. Una mano negra, un grupo de actores ocultos, consiguen manejar irremediablemente el discurrir de la Historia. Sin duda que hay intereses mas o menos articulados que intentan influir en los acontecimientos -incluidos los grupos lobbies, que ahora la Unión Europea intenta legalizar-, pero de ahí a explicar que los cursos de la historia son manejados continua y exclusivamente por intereses ocultos es otra cosa. Sobre todo porque esta perspectiva hace una interpretación simple y fatalista del poder, de la capacidad de influir en la transformación de la realidad. Ningún poder es absoluto, por mucho que se autoproclame como todopoderoso, aunque sea a través de un "espiritu absoluto" de esta característica.
Desde mi perspectiva todos los actores son responsables de una y otra forma -con muchos matices- de lo que ocurre en la realidad y por lo tanto tienen "poder" para modificarla. El reconocimiento de esta capacidad de poder -de empoderamiento- es esencial para poder pensar en futuros mejores.
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