El pasado domingo pasado (4) el presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, y el líder rebelde, Guillaume Soro, firmaron un acuerdo de paz que prevé la formación de un Gobierno de unidad en el plazo de cinco semanas. El anuncio se hizo durante una cumbre de líderes de África Occidental que se reunieron en París para discutir la propuesta de paz.
Es una buena noticia para un continente, unas poblaciones, marcado por la pobreza, la inestabilidad y desestructuración postcolonialista, que podría ocupar las primeras páginas de todos los periódicos. Las negociaciones y los acuerdos de Paz se producen contínuamente de manera silenciosa e impresicindible.
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