martes, septiembre 23, 2008

YOGA JOVEN ANDALUZ (∑π)

A mi amigo Sebastián le gusta llamar a la siesta el "yoga andaluz", algo de razón tiene. Eran las 21.30 en un bar de la esquina de la calle vidrio, cercano a la sede de Apy-Solidaridad -donde acabábamos de hablar durante cinco horas sobre las teorías de conflictos y las relaciones internacionales, mucho que deconstruir y contruir (o lo que es lo mismo tejer y destejer) sobre la modernidad y la postmodernidad- y de la Asociación de Vecinos Puerta Carmona. Estaba dándole un repaso a la actualidad con Ana. Un padre y una madre cariñosos socializaban -y la extendían a su hijo- en el local citado. En un momento de lucidez, preguntado el niño, dijo que estaba pensando. Salió de local en los brazos amables de su padre. Podría ser visto como negativo, pero todo el mundo lo veía con naturalidad -quizás porque habíamos vivido esta situación cuando pequeños -especialmente en los veranos cuando los niños campan a sus anchas por los alrededores de las terrazas pasada la media noche-. Fueron unos momentos sorprendentes, mas la posición adoptada, que vivimos con ternura, aunque para algunos pueda parecer algo hereje.
PD: Voy en tren -cuanto me gusta- de Sevilla a Granada. Con tiempo para recargar mi bitácora y mis sensaciones. Sobre los campos de Antequera las nubes que llevan horas descargando la preciada lluvia. Un paisaje típico de Otoño,

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