TOCAN LAS CAMPANAS POR UN NACIMIENTO (∑π)

En el pueblo se oyen las campanas.

Hace algunos años que leí el libro tibetano de la vida y la muerte, escrito por Sogyal Rinponche me resultó muy interesante pues al añadirle "la vida" al título estaba haciendo un especie de giro ontológico en el que no sólo había que aprender a morir sino también a vivir (lo que podía ser muy lógico para los budistas, pero no tanto para los occidentales). Me gustó mucho. En él describía como se servía de los sonidos de las campanas de las iglesias como recordatorio para meditar (también, en caso de su, inexistencia, el sonido de los aviones. Sorprendente, verdad).

En Andalucía es fácil oir las campanas en cualquier pueblo. Recuerdo que nací cerca de unas campanas potentes (las de la Iglesia de la Virgen de las Angustias en Granada) y para mi es un sonido familiar y gustoso.

En el pueblo se oyen las campanas de la iglesia de Santiago Apóstol para las misas y las defunciones. Definitivamente me gustaría que se oyera tocar las campanas y los altavoces alegres cuando se produzca un nacimiento y que me invitaran a participar a la ceremonia de su presentación en sociedad. Es una acontecimiento muy importante para la comunidad. Pero no es así, contrariamente, se oye el sonido lánguido de las campanas cuando hay una defunción y la voz triste del cura párroco anunciando la hora del funeral.

Propongo que el Ayuntamiento, o cualquier asociación, tenga un servicio alternativo de megafonía en el cual celebre efusivamente cada vez que haya un nuevo alumbramiento. Al fin y al cabo es una buena noticia que nos llena a todos de esperanza.