Como siempre estoy intentando mantener mi forma física; como siempre no alcanzo la deseada. Desde que las mariposillas me acompañan tengo uno cuantos kilos de más que son muy difíciles de soltar. Cosas de la edad.
Se trataba, según pude averiguar con Carlos, sin ninguna duda, de unas águilas calzadas (Hieraaetus pennatus). Al parecer estaban criando en esta zona. Fue muy emocionante. Cada vez que te aparece un animal salvaje (cabra, jabalí, conejo, ardilla, aguila, víbora, buitre, ...), desconocido para ti, te produce una cierta excitación, entre sorpresa, miedo y alegría. Ellos me respetan a mi y yo los respeto a ellos. Curiosamente después del encuentro corres mejor todavía, quizá sea porque te sientes mas natural(eza).
No hay comentarios:
Publicar un comentario