Martín me pidió hacerme una entrevista sobre los contenidos de curso, Celia nos acompañaba y también estaba allí, con nosotros, inspirándonos, Irma Salazar, venida de Toluca de Lerdo (Estado de México). Martín eligió como escenario el Jardín de los sentidos del campus de la UJI, a mi me gustó que así fuera, un espacio con destellos de naturaleza preparado para el gozo y la meditación. Las preguntas fueron sobre lo divino y lo humano, y ami me obligaron a seguir reflexionando sobre la conflictividad y la paz.
El curso que estaba impartiendo con Lidón, en esos momentos, era Últimas tendencias de la Investigación de la Paz y los Conflictos, lo que nos obligó a definir nuestros puntos de partida, dentro de toda la tradición de la investigación para la paz, como "imperfectólogos", postestructuralistas, transmodernos (estos dos últimos deconstruyendo y reconstruyendo las propuestas iniciales del estructuralismo y la modernidad), constructivistas, ... todo ello dentro del marco de la complejidad, aquella que nos hace posibles, a la vez frágiles y humildes. Todo ello con el intento de tener una perspectiva sobre todo mas humana, lo mas cercana posible al mundo de los humanos y todas sus circunstancias, sin que nada de lo humano nos sea ajeno. Hay que reconocer que Ximena, Victoria, Katerina, Pierre, Paula, ... también nos ayudaron bastante en esta tarea.
Por esta razón el Jardín de los sentidos era un lugar ideal, en el que todo debería tener cabida todo lo humano. Y es curioso que, al igual que en el curso, parte de la reflexión fuera sobre los adversarios, aquellos "enemigos" en los que queremos reconocer paces imperfectas. Tenemos que seguir profundizando en esto (Efecto Levi, propiedad conmutativa del efecto Levi, los ricos tienen corazón, al enemigo puente de plata para que sea nuestro adversario, ...) ya que los demonios domésticos se nos convierten en demasiadas ocasiones en obstáculos para la reconciliación. Hay que "exorcisarlos".
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