A Goran Ligren lo conocí hace 21 años -los que tiene su hijo Elías que tuve en mis brazos y que ahora estudia astrofísica- en Uppsala, cuando visité el Departament of Peace and Conflict Researche, dirigido por Peter Walesteeen, la recomendación fue de Johan Galtung.
Pase varios meses maravillosos, sobre todo cuando me acostumbré a las pocas horas de noche. El buen sistema de trenes me permitía ir con mucha facilidad al SIPRI (Stockolm International Peace Research Institut) en Copenhage donde compartía paseos con una amiga periodista que antes había estado en Granada. Una de las cosas que me llamó mucho la atención es que facilitaron un pequeño apartamento en la misma planta del departamento y me dieron las llaves de todas las oficinas desde le primer día. Como si estuviera en mi casa.
Conservo muy buenos recuerdos de aquella instancia y Goran, Erik, que tuvo la gentileza de dejarme su casa durante unos día, y otro personal del departamento fueron muy amables conmigo. Ahora Goran ha vuelto como un personaje de cuento a visitarnos. Ha sido un placer.
En la foto junto con Juanma, Candi, un servidor, Goran. Estábamos en el De Rechupete. La paz da para mucho.