La frase se la oí a Hassan, de la taberna el beso, en un programa de canal sur. Lo he comentado con él varias veces. Quería conseguir que el tiempo fuera un aliado y no un enemigo. Me pareció que pudiera venir de los desiertos de Argelia, de donde él es oriundo.
Con una sola frase ha acertado a reordenar todo el pensamiento cartesiano entorno al tiempo. Ha acertado plenamente, tenemos mucho tiempo y podemos y decidir hacer cosas maravillosas con él. Coneguimos aprender, crecer, amar, empoderarnos, disfrutar, ...
Pero a veces, nos empeñamos en tratarlo como un corsé donde queremos meter más de lo que cabe. Para que tanta agonía.
Tener la capacidad de movernos en el tiempo es todo un lujo. Somos unos seres privilegiados porque disponemos de mucho tiempo, tenemos muchas cosas por hacer y podemos gestionarlo a nuestro gusto. Pero incluso, puede que nos sobren cosas por hacer, lo que sería otro privilegio. Poder decidir sobre ello es un grado de libertad.
Lo estúpido es ir por un camino en el que los privilegios se nos conviertan en inconvenientes. Es un problema de interpretación, de elección, porque en definiva el tiempo es libertad.