Ayer estuvimos celebrando, con unos días de anticipación, la
Fiesta del Cordero. La presencia de Khadiya y
Nouri fue la excusa ideal. Esta fiesta de profunda raigambre en todo en el mundo islámico, coincide con el sacrificio que Ibrahim (para los cristianos
Abraham) dedico a su dios. Paralelamente al sentido original de sumisión o negociación, según quiera ser interpretado, hay una gran una fiesta de convivencia y solidadaridad. Eso justamente es lo que practicamos los 7 asistentes (María, Juanma, Milagros, Julián, Bea, ...) más un servidor.
Charlamos, brindamos y reimos. Pero el punto culminante de la noche estuvo en el relato teatralizado de una historia burlesca sobre el casamiento de Mohamed, un supuesto marroquí, y una española. Que nuestro Mohamed Nouri, con su característica habilidad para entremezclarlo todo, lo interpoló con otro relato, basado en una televisiva famosa descerebrada. Que al al comprar un recordatorio religioso, pidió uno en el que no figurara el
malabarista. Ja, ja, ja, ja, ja.
Absolutamente iconoclasta, corrosivo y subversivo, la famosa, el relator de la famosa, nuestro Mohamed y la complicidad jocosa del resto. Intercambiamos la imagen del sufrimiento por la del esfuerzo; la del dolor casi masoquista por el hedonismo; la de la muerte por la de la vida; la de la tragedia por lo
circense.
Quizás la definición de
malabarismo nos sirva para darle más profundidad a nuestras risas: se entiende al arte de manipular y ejecutar espectáculos con uno o más objetos a la vez volteándolos, manteniéndolos en equilibrio o arrojándolos al aire alternativamente, sin dejar que caigan al suelo. Los juegos malabares son juegos que por su dificultad y belleza hacen necesaria cierta habilidad psicomotriz por parte de quien los realiza para llevarlos a cabo, que es el malabarista. Para ello, el malabarista se sirve de diversas partes del cuerpo, principalmente de las manos, pero también de los pies, brazos o cabeza. Los juegos malabares son unas de las atracciones clásicas del circo. De cara al público son vistosos porque parece que es casi imposible hacerlos.
Divertido, no?