Ayer fue un día muy caluroso en Granada. Mientras yo estaba pensando en Pamplona y la cordialidad de su clima y sus gentes, en el Sur la temperatura había comenzado a hacernos sentir el verano. Como todos los años todos nos mostrábamos los unos a los otros nuestra disconformidad. Es una forma de consuelo solidario. Ayer los enloquecidos termómetros rondaron los 40º. Cuando los irreductibles (Maritrini, Javier, Bea, Fabiola, Nouri, Jadiya... faltaba Milagros) de Alcántara (Asociación de amistad hispano-marroquí) llegamos a la casa. Al abrir los balcones. Vi que un cactus estaba preparado para mostrarnos su lado más dulce y colorista. Después de brindar por el triunfo del Barça y del Estatut -pasadas las 1- la cordura comenzó a apoderarse de nosotros y comenzamos a pensar en el día siguiente. Al cerrar el balcón el cactus había abierto sus flores. Esta mañana lo he fotografiado, era un momento estelar.Esta página es para amig@s, acompañantes, estudios@s (επ) y naúfrag@s en general en la búsqueda de un mundo más pacífico, menos violento, justo y sostenible. Son historietas cotidianas de «paz imperfecta» (∑π), que a todos nos ocurren, que nos relacionan con la complejidad de donde procedemos. Como también creen otras muchas personas, se escribe para conocerse a si mismo.
jueves, mayo 18, 2006
EL CALOR Y EL CACTUS
Ayer fue un día muy caluroso en Granada. Mientras yo estaba pensando en Pamplona y la cordialidad de su clima y sus gentes, en el Sur la temperatura había comenzado a hacernos sentir el verano. Como todos los años todos nos mostrábamos los unos a los otros nuestra disconformidad. Es una forma de consuelo solidario. Ayer los enloquecidos termómetros rondaron los 40º. Cuando los irreductibles (Maritrini, Javier, Bea, Fabiola, Nouri, Jadiya... faltaba Milagros) de Alcántara (Asociación de amistad hispano-marroquí) llegamos a la casa. Al abrir los balcones. Vi que un cactus estaba preparado para mostrarnos su lado más dulce y colorista. Después de brindar por el triunfo del Barça y del Estatut -pasadas las 1- la cordura comenzó a apoderarse de nosotros y comenzamos a pensar en el día siguiente. Al cerrar el balcón el cactus había abierto sus flores. Esta mañana lo he fotografiado, era un momento estelar.
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